ACTIVIDADES GARAGANTA DEL DADÈS
1. Dónde alojarse en el Valle del Dadès
Para dormir elegimos el hotel Auberge Kasbah Ait Marghad, pues está ubicado muy cerca de los famosos “dedos de mono” de la garganta del Dadès. El hotel es una maravilla, está en un enclave precioso, rodeado de naturaleza y con grandes vistas desde la habitación. El encargado del hotel es una persona muy amable y un gran cocinero.
El hotel cuenta con parking privado gratuito en las instalaciones.
- Ubicación: a 10 minutos andando de la garganta del Dadès.
- Precio: 18€ habitación doble.
Baño privado
Desayuno incluido, pero no espectacular como el de otros hoteles del mismo rango.
Nuestra estancia en el hotel fue perfecta, repetiríamos sin dudarlo.
2. Qué hacer en la Garganta del Dadès
Sinceramente, cuando decidimos que queríamos adentrarnos en la Garganta del Dadès, no sabíamos ni por dónde empezar. Por lo que decidimos reservar el alojamiento Auberge Kasbah Ait Marghad y allí obtener información sobre qué hacer.
Tras un buen desayuno, nuestro anfitrión nos dio consejos para ver en la zona: visitar la kasbah del pueblo y adentrarnos en el Cañón del Dadès.
A pesar de que nos indicó bastante bien dónde comenzaba la ruta para acceder al cañón, no la encontramos… Y mira que dimos vueltas, ¡hasta hicimos un amigo!
Tras muchas vueltas entre huertos y piedras, decidimos volver al hostal para obtener más información de la ruta. Con tan buena suerte, que se presentó ante nosotros un niño de apenas 9 años que se ofreció a ayudarnos.
¡Qué afortunados fuimos! Si no hubiéramos ido con él no hubiéramos encontrado la entrada al Cañón, ni hubiéramos sabido interpretar las señales que hay alrededor del camino.
A lo largo del camino, hay que sortear un pequeño río, “escalar” rocas, y lo más importante, no perderse las extrañas formaciones de las rocas, conocidas como “dedos de mono”. Y es que hay enormes piedras que parecen que están levitando sobre las cabezas.
Tras media hora caminando, nuestro pequeño guía nos indica unas escaleras fabricadas con montones de piedras por las que hay que subir para tomar el camino que nos llevará de nuevo hasta el pueblo.
De vuelta al hotel, entramos al interior de la kasbah. Os aconsejo entrar si vais con alguien que conoce el edificio, pues hay muchas zonas en las que no hay suelo y apenas hay ventanas para ver bien.
Nuestro guía nos explicó la utilidad de la kasbah en los últimos años: corral de animales para los vecinos del pueblo. Yo me fui con la sensación también de que era un vertedero, pues había montones de basura por todos lados.

CONSEJOS GREEN
Preguntar por el Cañón del Dadès en el pueblo, no os arrepentiréis.
Contemplar los dedos de mono a lo largo del camino.
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