uve la gran suerte de recorrer el estado de Bahia con un baiano, gracias a él pude ver lugares poco accesibles y verdaderos paraísos.
Durante el mes que estuve allí pude visitar uno de los parques nacionales más espectaculares de Brasil, pisar la arena de las playas tropicales y descubrir la capital de Bahia, Salvador.
A continuación encontraréis cómo pasé cada día en formato resumido, para que os ayude a planificaros en vuestro futuro viaje y lo disfrutéis como lo hice yo.
Los turistas de nacionalidad española no necesitan visado para una estancia en el país inferior a 90 días. Sin embargo, sí que es obligatorio que el pasaporte tenga una validez mínima de 6 meses desde la fecha prevista de salida.
El Estado de Bahia se caracteriza por tener un clima tropical con temperaturas estables casi todo el año. Hay quien dice que en Bahia solo existen dos estaciones: verano, con altas temperaturas, y el invierno, con precipitaciones abundantes.
Elegir la mejor época para visitar Bahia depende de varios factores, como por ejemplo: si queréis ir a vivir el Carnaval de Bahia, fiestas tradicionales o alucinar con las cascadas de su parque, la Chapada Diamantina.
Yemanjá es uno de los "orixás" más populares, las deidades o entidades espirituales de la religión afrobrasileña de Candomblé, una fusión religiosa sincrética que se ha desarrollado entre los esclavos negros traídos a Brasil desde África occidental durante la época colonial. Según los conceptos espirituales de Candomblé, Yemanjá es la diosa del océano, adorada como la Reina del Mar y representa la esencia de la maternidad. Esta celebración tiene lugar el 2 de Febrero en río Vermelho, donde se congregan multitud de fieles y curiosos para rendir homenaje a la diosa del mar.
Uno de los carnavales más famosos del mundo son los de Salvador de Bahía, con una merecida fama. El elemento principal de esta fiesta es la música, con el famoso trío eléctrico, un camión equipado con altavoces y escenario,donde los principales cantantes de la ciudad van ofreciendo conciertos siguiendo un recorrido.
Antes de viajar a Bahia, pensé que Brasil era un país relativamente barato, ¡error! No es un país precisamente barato, y lo que más me sorprende es cómo la población es capaz de sobrevivir con sus salarios y los precios del mercado. Sin duda alguna, es una de las cosas que más me impactó.
Hay un factor muy importante al visitar Brasil y es el cambio del real al euro, que está ligado con el dolar estadounidense. Por ejemplo, en el mes que estuve en Bahia, de la primera vez que cambié dinero a la última, el real había bajado muchísimo. Esto provocaba que para un europero el país fuera más asequible.
A continuación os comparto los gastos de mi mes recorriendo Bahia, y consejos para ahorrar.
De los diferentes tipos de establecimientos donde comer, hay tres que destacan por ser especialmente baratos:
Si bien nosotros optamos por el alquiler de un coche para desplazarnos con total flexibilidad, no es la opción más barata. ¿Qué más opciones hay?
En este punto, como en todo, depende del plan que llevéis, ¿mochilero? ¿pareja? ¿lujo?. En nuestro caso la verdad que nos dimos bastantes caprichos en las reservas de los hoteles, pero es que había establecimientos que eran el sinónimo de paraíso, ¡y no nos pudimos resistir!
¿Sabéis como se puede ahorrar un poquito? Reservando con el propio alojamiento en vez de a través de un intermediario. Podéis hacerlo a través de una llamada o whatsapp, y suelen hacer alguna oferta si decidís quedaros algún día más, o incluso incluiros el desayuno en el precio.
La semana que pasamos en la ciudad de Salvador lo hicimos en casa de unos conocidos, por lo que durante esa semana ahorramos gastos de alojamiento, alquiler de vehículo y comidas en restaurantes.
Las mejores opciones en Brasil es cambiar dinero en una casa de cambio o pagar con tarjeta donde sea posible, ya que no suelen tener un mínimo de pago.
Hablar de la N26
Gracias a AirEuropa es posible viajar a Salvador de Bahia en vuelo directo desde Madrid. Si bien no es barato, entre 650€ y 800€, cogiéndolo con antelación puede salir más económico.
Al igual que los extras que escojamos, como el servicio de comida a bordo o llevar una maleta facturado.
Si queréis flexibilidad y movilidad total, lo mejor es que alquiléis un vehículo y podáis visitar los sitios más remotos de Bahia, aquellos en los que no llegan los autobuses.
Para alquilar un coche, podéis hacerlo a través de los típicos buscadores o hacerlo a través de una de las agencias locales, como Foco Aluguel de Carros, una de las compañías más baratas de Brasil y que ofrecen un trato excelente. Además, la oficina se localiza a 5 minutos andando de la parada de metro del aeropuerto.
¡Os aconsejo contratar el seguro a todo riesgo! El estado de las carreteras en algunos tramos es tan lamentable que os ahorraréis más de un disgusto.
Para desplazarse en las ciudades grandes de Brasil, como Salvador de Bahia, de forma rápida y segura lo mejor es usar la app de Uber, en especial de noche.
En las villas cerca de la costa y en la sierra, el ambiente es muy acogedor y se puede ir andando tranquilamente a los diferentes puntos de interés.
En Brasil son muy famosas las Pousadas, casas pequeñas donde suelen vivir los dueños, y con unas instalaciones muy bien cuidadas. Muy recomendable coger la opción de desayuno incluido, ¡porque están deliciosos y son súper abundantes!
En función de tu presupuesto podrás elegir entre multitud de alojamientos encantadores que no se ven en España, o al menos por esos precios.
Para mí, la Pousada Anjalí, en la Ilha de Boipeba, superó todas mis expectativas. Imaginaros una casa en el árbol, rodeada de vegetación y con el mar a 5 minutos caminando. ¡Paraíso!
Tuve la gran suerte de recorrer el estado de Bahia con un baiano, gracias a él pude ver lugares poco accesibles y verdaderos paraísos. Durante el mes que estuve allí pude visitar uno de los parques nacionales más espectaculares de Brasil, pisar la arena de las playas tropicales y descubrir la capital de Bahia, Salvador.
A continuación encontraréis cómo pasé cada día en formato resumido, para que os ayude a planificaros en vuestro futuro viaje y lo disfrutéis como lo hice yo.
Una de las cosas que tenía claras antes de visitar Bahia, es que salvo la ciudad de Salvador, el resto de destinos querían que fueran auténticos, y en pleno contacto con la naturaleza. Así decidimos que pasaríamos 4 semanas en una zona totalmente diferente:
Los dos primeros días en un viaje tan largo suelen ser de adaptación a los horarios y al clima. Como el primer día llegué tardísimo a Salvador lo único que hice fue dormir. Sin embargo, al día siguiente decidimos salir un poco a explorar el barrio de Rio Vermelho y en especial, la casa donde vivieron Jorge Amado y su mujer, Zélia Gattai. Todo un imprescindible para conocer de la mano de este famoso escritor la cultura baiana.
Al tercer día decidimos adentrarnos en la línea verde y conocer algunas de las playas más bonitas. La Vila de Santo Antônio es muy tranquila y apenas turística, justo lo que íbamos buscando. Pasamos dos días bañándonos en las aguas del Atlántico, comiendo en las barracas platos de marisco para chuparse los dedos y exploramos el río oculto tras las dunas.
Como en gran parte de Latinoamérica, en Brasil las telenovelas están a la orden del día. Una de las más famosas, Tieta, se rodó en el paraíso: Mangue Seco.
Mangue Seco es conocido por sus playas larguísimas de cocoteros con formas caprichosas, altas dunas donde se realizan un montón de actividades y su río. En esta localidad que se accede en barca, los coches están prohibidos, los trayectos se realizan a pie o en boggie. Aquí podréis ver los famosos delfines de río y los monos saltando entre los árboles.
Tuve la suerte de visitar el barrio de Rio Vermelho en uno de los días más importantes para los baianos: el día de la diosa del mar o Iemanjá. A lo largo del día, la gente lleva ofrendas a la casa de la diosa del mar, para más tarde ser trasladados por los pescadores a las profundidades del mar en sus barcas de pesca. Hoy en día, las ofrendas son generalmente rosas, pero años atrás se tiraba cualquier objeto al mar, parece que poco a poco se han ido concienciando sobre qué arrojar al mar y qué no.
En la playa de Rio Vermelho, diferentes grupos religiosos llevan a cabo rituales sagrados en honor a su diosa. La verdad, que es un día para vivirlo, es bastante complicado explicar con palabras lo que presencié aquel día.
Durante 3 días estuvimos explorando el Vale do Capao en busca de las cascadas más espectaculares, como la Cachoeira de la Fumaça, uno de los saltos más altos de Brasil. También seguimos el curso del Rio Preto en busca de más cascadas y rincones muy poco explorados.
El Vale do Capao es una zona super hippie y alternativa perfecta para desconectar durante varios días.
Igatú es un espectacular pueblo de calles empedradas y casas de colores pastel, cuyo atractivo principal radica en la gente que habita sus calles. En este pueblo se esconde una cascada, que si bien no es de gran altura, sí que lo es su belleza. La Cachoeira da California no es de fácil de acceso, quizás por eso es tan bonita.
En la zona de Ibicoara vinimos en busca de más cascadas, la Cachoeira de Fumacinha y de Buracao, ambras rutas hay que hacerlas con un guía oficial del parque. A pesar de ser completamente diferentes una de la otra, la belleza de ambas es increíble, además de que tuvimos la suerte de poder disfrutarlas tras días de muchas lluvias y bajaban con mucha fuerza. Sin duda alguna es muy recomendable esta zona de la Chapada Diamantina.
Tras una semana de montaña y numerosas rutas, tocaba descansar en una zona de costa paradisíaca: la Costa do Dendê e Itacaré.
Esta zona es famosas entre los surfistas por las buenas olas que se forman, en especial en Itacaré. Durante estos días nos dedicamos a caminar por sus playas infinitas, descansar bajo los coqueiros, comer pescado frito y beber muchos zumos naturales. De estos días destaco la playa de Jeribucaçú, por el entorno que la rodea: río, mata atlántica, palmeras muy altas y piscinas naturales.
En cuanto pongáis un pie en Ilha de Boipeba, no os vais a querer ir de ese paraíso. Ilha de Boipeba está considerada como un de las mejores islas de todo Brasil, ¿por qué? En esta isla podréis descubrir playas desiertas llenas de palmeras, piscinas naturales de aguas cristalinas para practicar snorkel, fincas de coqueteros sin fin y zonas de mata atlántica exuberantes.
Realmente, en Ilha Boipeba solo hay una única obligación, caminar descalzo de playa en playa dejándose sorprender.
Durante mis últimos días en Salvador de Bahia pude disfrutar y vivir no de los carnavales más famosos del mundo. El elemento principal de esta fiesta es la música, con el famoso trío eléctrico, un camión equipado con altavoces y escenario, donde los principales cantantes de la ciudad van ofreciendo conciertos siguiendo un recorrido.
La verdad que merece la pena acudir a esta fiesta una vez en la vida, es muy difícil de explicar. Lo que más me sorprendió fue el buen ambiente de los baianos, sin peleas ni malos rollos.
Los Carnavales de Salvador pusieron el broche final a mi viaje de un mes por Bahia, y me fui con una idea en mente: ¡volver en cuanto pudiera!
Una de las mejores maneras de conocer un país es a través de los free tours y de actividades únicas, a continuación os dejo un listado de las mejor valoradas en Bahia.